15.09.09 Estrafalizando la comarca...




Una caravana de coches atravesaba la niebla helada que nos recibía a las ocho y media de la mañana. Nos desviamos de la carretera: teníamos que llegar a lo que sería Casa Manel por un serpenteante camino, medio escondido entre la vegetación, por el que los intrépidos actores parecían Indiana Jones.

Al salir de esta selva osoniense llegamos a un paraje tenebroso en medio del cual se alza una masía del siglo XVII. Los del equipo cambiamos rápidamente este paisaje que, con nuestro andar sonoro y lleno de vida, no tarda en transformarse en el mundo de Manel.

La lluvia nos ha respetado mientras rodábamos exteriores (nos preguntamos qué trato habrá hecho Salomón con los dioses celestes) y sólo ha hecho acto de presencia cuando estábamos rodando cómodamente en el interior de la masía.

A Salomón, además de las negociaciones celestiales, hoy le tocaba el turno de ponerse ante las cámaras. No basta con el pendiente y la barba; Laura, la maquilladora, le ha puesto una peluca al más puro estilo Piratas del Caribe y, cómo no, un suculuento color amarillo en los dientes que hace su sonrisa mucho más... vistosa es el mejor calificativo que se le puede aplicar.

También ha sido el turno de Matthieu Duret-que ha interpretado a Manel, un hombre desgraciado y desesperado que ha renunciado a su dignidad-, y de Tony Corvillo, que da vida a Jimmy, un expresidiario surrealista cuyo pensay y habituallamiento pertenecen a otras esferas.

Ha sido un día intenso y, esto suele ir de la mano, duro.

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